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Comida para pensar

GREGG SEGAL

El fotógrafo Gregg Segal viajó alrededor del mundo preguntando a niños qué comían en una semana. Luego, los fotografió con su comida. Aquí, él comparte su historia.

En una choza pequeña en las afueras de Mumbai, India, Anchal Sahni se sienta a cenar con su familia. Comen papas cocinadas en curry, pan sin levadura y lentejas. Anchal tiene una dieta más saludable que muchos niños en India quienes pueden salir a comer afuera. En Mumbai, una pizza mediana de Domino cuesta $13. Esto es alrededor de tres veces la cantidad de dinero que el papa de Anchal gana en un día.

Las compañías de comida rápida están invirtiendo considerablemente en países extranjeros. En estos lugares, un Big Mac no es visto como comida chatarra. Es visto como un símbolo de posición social.

En 2015, la Universidad de Cambridge identificó a los países con las dietas más saludables. Nueve de los 10 primeros países están en África. En estos países, la mayoría de las comidas son caseras. En EE.UU., casi el 60% de las calorías que consumimos proviene de alimentos muy procesados.

Un viaje alrededor del mundo

Durante dos años, viajé por el mundo. Les pedía a niños que escribieran en un diario todo lo que comían en una semana. Una vez que la semana finalizaba, retrataba al niño con la comida alrededor de él o ella. Me enfoco en niños porque los hábitos alimentarios se forman en la niñez. Estos hábitos con frecuencia pavimentan el camino a problemas crónicos de salud.

Anchal Sahni, 10, Mumbai, India

GREGG SEGAL

Las tasas de obesidad están aumentando extremadamente. Cuarenta años atrás, uno de 40 niños era obeso. Hoy, 10 de 40 niños son obesos. Me alienta encontrar comunidades en las cuales las comidas caseras no han sido reemplazadas por comida chatarra. Cuando la mano que revuelve la olla es la de mamá o papá, la abuela o el abuelo, los niños son más saludables.

Ahora estoy trabajando en un libro llamado Daily Bread (Pan diario). Resaltará a una comunidad de base creciente y su enfoque en una dieta más saludable. El objetivo principal del libro es inspirar un cambio.

El desafío

Segal creó este desafío para los lectores de TFK.

Una manera rápida de juzgar si están comiendo una dieta balanceada es prestar atención a cuántos colores hay en sus comidas. Generalmente, los alimentos blancos no tienen mucho valor nutricional. Pero los alimentos con colores intensos sí lo tienen; piensa en remolachas púrpuras, pimientos rojos, brócoli verde, zanahorias anaranjadas, calabacines amarillos y arándanos azules.

Durante una semana, escriban en un diario todo lo que comen. Si es posible, tomen una fotografía de sus comidas. Tomen nota sobre lo que les gusta de cada plato. ¿Qué tiene que es bueno para ustedes? ¿Cuántos colores hay en la comida? ¿Cuántos de estos colores son naturales y cuántos son artificiales?

Ustedes también pueden anotar cuántos alimentos son naturales y cuántos son procesados. ¿Cuántos provienen directamente de la huerta (o granja)? ¿Cuántos provienen de una caja o paquete?

Para los alimentos en paquete, ¿cuántos ingredientes tienen? Esta es una regla general para comer saludablemente: eviten productos con más de cinco ingredientes, y especialmente, eviten ingredientes que no pueden pronunciar.