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En la marcha

ALISHA CARTER

El 28 de agosto, miles de manifestantes se reunieron en el National Mall, en Washington, D.C., para la Marcha en Washington de 2020. Hablaron contra el racismo y el trato injusto de las personas negras en la sociedad estadounidense. Por meses, se han realizado marchas en Estados Unidos. Empezaron después de que la policía mató a un hombre llamado George Floyd en Minneapolis, Minnesota, el 25 de mayo.

“Estamos aquí hoy por la igualdad genuina”, dijo Yolanda Renee King a la multitud. “Defendemos y marchamos por el amor, y haremos realidad el sueño de mi abuelo”.

Yolanda, de 12 años, es la nieta de Martin Luther King Jr. Ella estaba hablando en la misma fecha que King dio su discurso famoso “Tengo un sueño”, exactamente 57 años atrás. Esto ocurrió durante la Marcha en Washington de 1963, un hito en la lucha por los derechos civiles.

Igual que en la marcha de 1963, la marcha de 2020 atrajo a un grupo diverso de personas de todas las edades, incluyendo los niños. Los jóvenes han tenido un rol importante en el movimiento de los derechos civiles por décadas. Continúan siendo líderes en la lucha por la justicia social.

LÍDERES JÓVENES Yolanda Renee King y su papá, Martin Luther King III, parados delante de una multitud de miles de personas reunidas el 28 de agosto para la Marcha en Washington de 2020.

JONATHAN ERNST—POOL/GETTY IMAGES

Una mirada a la historia

En mayo de 1963, miles de niños negros en Birmingham, Alabama, tomaron parte en la Cruzada de los Niños. Ellos salieron de las escuelas para protestar contra la segregación, marchando pacíficamente hacia el Ayuntamiento, cantando: “No voy a dejar que nadie me haga volver”.

Freeman Hrabowski tenía 12 años en ese momento. Decidió marchar cuando Martin Luther King Jr. visitó su iglesia. King pidió la ayuda de los niños. “Él creía en nosotros, que teníamos un rol en nuestra democracia”, Hrabowski a TIME for Kids.

Los padres de Hrabowski le permitieron marchar. Ellos sabían de los peligros que existían en esos días. Pero sintieron que valía la pena correr el riesgo. Algunos niños que marcharon fueron arrestados y pasaron algunos días en la cárcel. Hrabowski fue uno de ellos.

La marcha fue efectiva. Los estadounidenses la vieron en televisión. Vieron como la policía trató a los niños en Birmingham, y se enfurecieron. “Más personas empezaron a hablar sobre lo mal que estaban las cosas”, dice Hrabowski.

PASO FIRME Niños alzan sus voces para protestar en Birmingham, Alabama, en mayo de 1963. Pedían el fin de la segregación. Su participación llevó a un apoyo generalizado de los derechos civiles.

FRANK ROCKSTROH—MICHAEL OCHS ARCHIVE/GETTY IMAGES

El movimiento de los derechos civiles ganó apoyo. La Marcha en Washington de 1963 se realizó unos pocos meses después. Reunió a 250,000 participantes. Presionó al Congreso de EE.UU. a hacer que la discriminación contra las personas negras sea ilegal.

Cambio positivo

Los estadounidenses aún siguen luchando contra el racismo. Y los niños todavía siguen hablando en su contra. Se han realizado marchas de niños en ciudades de todo el país, incluyendo Kirkwood, Missouri; New Orleans, Louisiana; y en el norte de Las Vegas, Nevada.

Aidan Carter tiene 10 años y está en quinto grado. En junio, la mamá de Aidan le permitió organizar una marcha en Portland, Oregon.

Portland ha visto muchas manifestaciones recientemente. Algunas de ellas se tornaron violentas. Pero la manifestación de Aidan fue diferente. Muchos de los cientos de participantes eran niños. Vinieron con sus familias. Algunos iban en bicicleta. Los bebés viajaron en cochecitos para bebés. Con un megáfono en mano, Aidan dirigió a la multitud en un cántico: “Vidas negras son importantes”.

“Me sentí como uno de los adultos”, dice Aidan. “Aunque seas pequeño, aún puedes ser valiente y defender nuestros derechos”.

CARA DEL CAMBIO Aidan Carter, de 10 años, dirige una marcha contra el racismo en Portland, Oregon, el 17 de junio.

ALISHA CARTER

La mamá de Aidan, Alisha Carter, es una maestra. Ella se enorgullece de que su hijo se opuso al racismo. “A veces, tenemos que hacer cosas difíciles para ayudar a nuestra comunidad”, dice Alisha. “Es importante para Aidan ver que él puede hacer un cambio positivo para aquellos que lo rodean”.

Levanta tu voz

También en junio, cientos de jóvenes asistieron la marcha de niños en Saint Paul, Minnesota. Baylor Peterson, de 11 años, se unió con sus padres y hermana. “Los niños pequeños son lo suficientemente inteligentes para ver que el racismo no está bien”, dice Baylor. “No comprendo por qué algunas personas mayores no pueden ver esto”.

Saunya Peterson es la mamá de Baylor. “Queremos que nuestras hijas tengan en cuenta el privilegio que tienen [como personas blancas]”, dice. “Deberían usar su voz y poder para ayudar a otros”.

Maggie Barnes organizó la marcha. Ella es dueña de una guardería de niños en Saint Paul, a unas pocas millas de donde murió George Floyd.

Barnes quería brindar a los niños una manera segura de expresar sus sentimientos. “Los niños tienen mucho que decir, si se les da la oportunidad”, dice. “Tienen un derecho a ser vistos y escuchados”.

SAUNYA PETERSON

La hilera de manifestantes se estiraba más de cuatro cuadras. Las personas llevaban carteles que pedían respeto e igualdad para todos. Aquellas en el frente sostenían una pancarta roja larga que leía: “Marcha de niños”. Mostraba una imagen de Floyd.

Un mañana mejor

Barnes se sintió alentada por ver a los padres apoyando a sus hijos en las marchas. “Ahí están los futuros políticos, doctores, todos los sectores”, dice. “Todos nos podemos beneficiar de aprender a levantar nuestras voces”.

ASUNTO FAMILIAR Padres se unen a sus hijos en la manifestación en Somerville, Massachusetts, en junio.

BLAKE NISSEN—THE BOSTON GLOBE/GETTY IMAGES

Las marchas de los niños y la Marcha en Washington de 2020, recuerdan a Freeman Hrabowski de algo que Martin Luther King Jr. dijo a él y otros manifestantes en 1963: “Mañana puede ser mejor que hoy”. Para Hrabowski, esta declaración probó ser verdad.

“En los años 1960, no podría haber imaginado ver un gran número de familias que no eran negras marchando y diciendo ‘Vidas negras son importantes’”, dice. “Esto no es algo que deberíamos dar por sentado”.

Arte para la justicia

Tomar parte en una marcha o manifestación grande no es la única manera de luchar por la igualdad. Algunos niños escriben cartas a sus líderes locales y nacionales. Otros recaudan dinero para apoyar a grupos que ayudan a personas. Últimamente, algunos jóvenes han estado usando el arte como una forma de protesta.

Niños en todo el país están mostrando su apoyo en asuntos de justicia social al escribir mensajes y hacer dibujos con tiza. Es una manera más calma de protestar que aún puede tener un gran impacto.

ROB KIM—GETTY IMAGES